LA NIEVE Y LA VID

L A N I E V E Y L A V I D

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En estos días de temporal de nieve y hielo,  el invierno muestra su cara más dura y gélida, el frío se hace patente en la tierra. ¿Sabéis cómo afecta la nieve a nuestros viñedos?

 

Hay muchos cultivos que no son capaces de aguantar estas inclemencias temporales, pero salvo raras excepciones, no es el caso del viñedo.

Beneficios del frío y la nieve para la tierra y el viñedo

La Mancha, tiene un clima continental con temperaturas extremas. Tanto en invierno como en verano, hay oscilaciones térmicas de una a otra estación, de hasta + -50ºC. Si bien es cierto, que la ola de frío y nieve producida en estos primeros días de Enero de 2021, han sido más potentes de lo deseable, os vamos a dar unas cuantas razones, por las cuales la nieve y el frío son beneficiosos para los viñedos manchegos. Este clima, hace que nuestras uvas y los vinos resultantes, se diferencien de los de otras regiones por su carácter y personalidad.

El hecho de que los viñedos sean una planta increíblemente resistente y que el periodo de nieves coincida con su parada vegetativa no es casualidad. Durante este periodo, (Finales de Noviembre, hasta Febrero – Marzo), la planta concentra toda la savia en sus raíces deteniendo así su circulación, lo que actúa como mecanismo de defensa ante las bajadas de temperatura.

Dicha parada vegetativa es perfecta para que la naturaleza cumpla su función de cuidado de la viña ya que la nieve, además de actuar como un insecticida natural, eliminando los insectos, hongos y plagas que no son capaces de soportar las temperaturas extremas, también tiene un efecto cicatrizante, siendo capaz de curar las heridas que hayan podido surgir en la planta como consecuencia de la poda.

Otro de los beneficios que aporta la nieve a la tierra y por tanto al viñedo es la hidratación. El aporte de agua congelada que se encuentra en la tierra durante estas fechas es absorbido lentamente por la tierra, siendo capaz no solo de hidratar los tallos, sino también de actuar como una reserva de agua para los meses más secos.

Además, diversos estudios, nos muestran que si no hay exposición de la viña al frío, por debajo de 5ºC, la brotación de las yemas es de tan sólo el 2%. Es decir que sin exposición al frío, podemos tener un grave riesgo de producción del cultivo de la viña.
Estamos lejos de tener una ausencia de horas de frío tan grande en nuestros viñedos, pero si que todo lo que está por debajo de las 500horas de frío, ya es un riesgo en la pérdida de la capacidad de brotación del viñedo. Y es esta cifra la que puede quedar en riesgo en muchas regiones vitivinícolas tradicionales, si el cambio climático sigue avanzando y vamos superando año a año el récord de los inviernos más calurosos.

El hecho de que suba la temperatura, si que nos puede ir comprometiendo la capacidad productiva de nuestros viñedos, poco a poco podemos ir viendo reducida su capacidad de brotación y una reducción en la producción, que está claro se puede ir compensando con medidas de diseño y manejo, pero que en ningún caso será lo ideal.

La conclusión, es que la nieve y el frío son buenos. Pero en su justo término y sobre todo en el momento adecuado…

Puente de Rus 2021