Octubre es un mes de cambio. Nos vamos despidiendo del calor para ceder paso al frío. los días van siendo más cortos. Adentrándonos con decisión en el otoño.
El otoño, es una de las estaciones del año en la que el campo manchego y más en concreto el viñedo cobra personalidad propia. Todo se tiñe de unos colores tan llamativos, que hacen de esta época un auténtico espectáculo para la vista. Día a día, los tonos de las vides cambian. Un momento único que puede vivirse de tantas maneras distintas como visitas hagamos a un viñedo.
¿Os habéis parado a pensar, por qué se produce ese espectáculo de color en los viñedos de La Mancha?
Para responder a esta pregunta, basta con conocer, más de cerca, el proceso vegetativo de La Vid en esta época del año.
¿POR QUÉ CAMBIAN DE COLOR LOS VIÑEDOS?
Igual que sucede en otras plantas, la coloración verde de las hojas de la vid se debe a la clorofila. El pigmento que otorga a las distintas especies vegetales su coloración tan característica. La producción de clorofila está totalmente unida a la cantidad de luz solar. Por eso, con la llegada de la primavera y el verano la coloración del viñedo es de un verde intenso. Y, también por la misma razón, cuando los días se acortan, ese color verde de las hojas va cambiando paulatinamente.
La clorofila, no solo es responsable de la coloración de la hoja, también tiene otro papel vital para la planta. Gracias a ella, la vid puede transformar el dióxido de carbono, el agua y la luz del sol en alimento. Ese alimento, que permite a la vid y al resto de plantas crecer con vigor.
Con la llegada del otoño, la producción de clorofila comienza a descender. Lo que provoca, que el verde propio de las hojas vaya desapareciendo, para mostrar otros colores ocultos en ellas. Es así, como los colores naranjas y amarillos, comienzan a hacer acto de presencia. En ausencia de la clorofila, los tonos que estaban ocultos, aparecen como por arte de magia.
El abanico de colores, puede variar, dependiendo del tipo de VID, O, lo que es lo mismo, la coloración de las hojas puede variar en función de la VARIEDAD DE UVA
Otro de los motivos para estos tonos rojos, naranjas, o amarillos, es el azúcar que queda atrapado en las hojas. Cuando la planta detecta el descenso de temperatura y luz solar, las venas de las hojas se van contrayendo. Así, debido al calor del día y el frío nocturno, los azúcares que había en ellas comienzan a reaccionar hasta dar lugar a ese color rojo tan llamativo en las hojas de la viña en otoño.
Puente de Rus.
Fotografías Alberto Férriz